ERNESTO MAYZ VALLENILLA


Ernesto Mayz Vallenilla (Maracaibo, 3 de septiembre de 1925) es un filósofo venezolano de ancestros vascos. Estudió bachillerato en el Liceo de Aplicación, el Liceo Fermín Toro y se graduó de bachiller en el Liceo Andrés Bello, todos ellos en la ciudad de Caracas. Se graduó en filosofía y literatura en la Universidad Central de Venezuela en la Primera Promoción de la Facultad de Filosofía y Letras en el año 1950 donde obtuvo luego su doctorado en Filosofía.
Estudió en las Universidades de Göttingen, Friburgo y Múnich, llegando a ser alumno de Martin Heidegger. Fue profesor de la Universidad Central de Venezuela y rector fundador de la Universidad Simón Bolivar. De esta última casa de estudios, Ernesto Mayz Vallenilla es el autor de la letra de su himno (Canción del Nuevo Mundo), con música de Alberto Grau.
Son notables sus teorías sobre la razón técnica que se muestran en su libro Esbozo de una crítica de la razón técnica de 1974.1
En 2001 la Sociedad Argentina de Filosofía consideró a Mayz Vallenilla como el más destacado filosofo Latinoamericano del siglo veinte.

Jean-Paul Charles Aymard Sartre 
(París, 21 de junio de 1905ibíd., 15 de abril de 1980), conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literariofrancés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó explicando en una carta2 a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones. Fue pareja de la también filósofa Simone de Beauvoir.
En una primera etapa desarrolló una filosofía existencialista, a la que corresponden obras como El ser y la nada (1943) y El existencialismo es un humanismo (1946). Desde que en 1945 fundó la revista Les TempsModernes se convirtió en uno de los principales teóricos de la izquierda. En una segunda etapa se adscribió al marxismo, cuyo pensamiento expresó en La crítica de la razón dialéctica (1960), aunque él siempre consideró esta obra como una continuación de El ser y la nada.Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a la acción y responsable plenamente de su vida, sin excusas. Aunque admite algunos condicionamientos (culturales, por ejemplo), no admite determinismos. Concibe la existencia humana como existencia consciente. El ser del hombre se distingue del ser de la cosa porque es consciente. La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es conciencia del mundo y conciencia de sí (de ahí lo subjetivo). Sartre se forma en la fenomenología de Husserl y en la filosofía de Heidegger (discípulo éste de aquél). Se observa aquí la influencia que ejerce sobre Sartre el racionalismo cartesiano. En este punto se diferencia de Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia.Si en Heidegger el Dasein es un «ser-ahí», arrojado al mundo como «eyecto», para Sartre el humano en cuanto «ser-para-sí» es un «pro-yecto», un ser que debe «hacerse».
 
  1. En el pensamiento de Sartre, cabe destacar las siguientes ideas:
  2. Conciencia prerreflexiva y conciencia reflexiva: La conciencia prerreflexiva es el mero hecho de percatarnos de algo, el tener conciencia de algo, y la conciencia reflexiva (el ego cogito cartesiano), surge cuando me doy cuenta de que me estoy percatando de algo.
  3. El ser-en-sí: Sartre rechaza el dualismo entre apariencia y realidad y sostiene que la cosa es la totalidad de sus apariencias. Si quitamos lo que en la cosa es debido a la conciencia, que le confiere la esencia que la constituye en tal cosa y no en tal otra, en la cosa sólo queda el ser-en-sí.
  4. El ser-para-sí: Si toda conciencia es conciencia del ser tal como aparecer, la conciencia es distinta del ser (no ser o nada) y surge de una negación del ser-en-sí. Por tanto, el para sí, separado del ser, es radicalmente libre. El hombre es el no-ya-hecho, el que se hace a sí mismo.
  5. El ser-para-otro: Sartre defiende que mi yo revela la indubitable presencia del otro en la relación en que el otro se me da no como objeto sino como un sujeto (ser-para-otro).
  6. Ateísmo y valores: Para el filósofo, la existencia de Dios es imposible, ya que el propio concepto de Dios es contradictorio, pues sería el en-sí-para-sí logrado. Por tanto, si Dios no existe, no ha creado al hombre según una idea que fije su esencia, por lo que el hombre se encuentra con su radical libertad. Este ateísmo tiene una consecuencia ética: Sartre afirma que los valores dependen enteramente del hombre y son creación suya.
Sartre rechazó durante décadas la noción del Unbewußtsein («lo inconsciente»), particularmente la planteada por Freud. Argumentaba que lo inconsciente era un criterio «característico del irracionalismo alemán», y por tal motivo se oponía a una psicología que se basara en un «irracionalismo».
De este modo es que Sartre intentó un «psicoanálisis racionalista» al cual llamó «psicoanálisis existencial», basándose en una total autocrítica del sujeto hasta profundización que eliminara la «mala fe», que es un autoengaño (basado principalmente en racionalizaciones) por las cuales el sujeto pretende tranquilizarse, y al tratarse precisamente de «fe», el individuo cree ciegamente en ellas sin cuestionarlas. Y argumenta: «Un ser humano adulto no puede ni debe estar defendiendo sus defectos en hechos ocurridos durante su infancia, eso es mala fe y falta de madurez».
 

FRANTZ FANON


Frantz Fanon (20 de julio de 19256 de diciembre de 1961) Fue un revolucionario, psiquiatra, filósofo y escritor cuya obra fue de gran influencia en los movimientos y pensadores revolucionarios de los años 60 y 70 del siglo XX. Luego hacia fines del siglo, a partir de los desarrollos de Edward Said, es retomado con fuerza en los campos de los estudios poscoloniales, la teoría crítica y el marxismo. Fanon es conocido como un pensador humanista existencial radical en la cuestión de la descolonización y la psicopatología de la colonización.
Fanon apoyó la lucha argelina por la independencia y fue miembro del Frente de Liberación Nacional argelino. Su vida y sus trabajos, principalmente Los condenados de la tierra (Les damnés de la terre) han incitado e inspirado movimientos de liberación anticolonialistas durante más de cuatro décadas.

La respuesta de Fanon sitúa conceptos tales como raza, clase, cuerpo, lenguaje y cultura en el centro de problemas que abarcan fenómenos tales como marginación y desigualdad social, desprecio de sí mismo, inseguridad, servilismo, patologización tanto de sí mismo como forzada. Como hemos dicho, el libro es complejo, pero la tesis central puede ser resumida en la idea que los subyugados tratan de superar su condición asumiendo el bagaje cultural de los subyugadores, especialmente el lenguaje, (poniéndose las máscaras blancas del título) pero al hacer esto, absorben normas que son inherentemente discriminatorias o; en su caso, racistas; lo que a su vez lleva a sentimientos profundos de inseguridad e inferioridad. Aceptar el concepto del opresor de lo que los oprimidos son es aceptar que se es salvaje, no completamente humano, inferior, etc.
Sin embargo, Fanon insiste que el ser blanco no puede existir sin su complemento "ser negro". Ambos son las caras opuestas de un proceso dialéctico que podría llevar a una nueva relación o sociedad que no se base en la discriminación "del otro"
Las ideas centrales de la visión de Fanon pueden resumirse más o menos en tres postulados:
La absorción de culturas o ideologías dominantes por parte de los sometidos produce resultados patológicos, tanto a nivel social como individual.El reemplazo de formas discriminatorias de relación social es producto de la expresión de nuevas formas culturales y políticas que aparecen entre los subyugados. Esas formas político-culturales son la expresión de la esencia existencial de grupos marginados por la cultura dominante y producirla inevitablemente una nueva humanidad.El poder catártico de la violencia revolucionaria. Solo la violencia puede liberar totalmente del legado de la subyugación, eliminando los sentimientos de inferioridad y produciendo una conciencia de control sobre el destino propio.

PENSAMIENTO FILOSÓFICO LATINOAMERICANO ( FILOSOFIA LATINOAMERICANA)

Calle 13 - Latinoamérica

Pensamiento filosófico latinoamericano


Una interpretación

Hegel dice:
"La filosofía es la filosofía de su tiempo, un eslabón en la gran cadena de la evolución universal, de donde se desprende que sólo puede dar satisfacción a los intereses propios de su tiempo"
Tal como la entendemos la filosofía es varias cosas: es análisis, es iluminación, es unificación de la experiencia del mundo y de la vida; entre estas cosas es también la manifrestación de la cocnciencia racional de un hombre y de la comunidad en que éste vive, la concepción que expresa el modo cómo las agrupaciones históricas reaccionan ante el conjunto de la realidad y el curso de su existencia.
El prolema de nuestra filosofía es la inautenticidad. La inautenticidad se enraiza en nuestra condición histórica de países subdesarrollados y dominados. La filosofía hispanoamericana puede ganar su autenticidad solamente si se supera nuestra negatividad histórica, asumiéndola y esforzandose en cancelar sus raíces.

El debate


  1. Juan Bautista Alberdi fue el primer pensador hispanoamericano que se planteo explícitamente el problema de nuestra filosofía, quien considera que la filosofía hispanoamericana no existe, no como pensamiento con estilo propio, si no que es un proyecto que tiene que hacerse realidad. Alberdi tiene en cuenta distintos caracteres que considera necesario para la construcción de una filosofía en latinoamerica; primero considera que debemos establecer un filosofía sintética, una filosofía de la organización, de loa edificación de un nuevo orden. Otro carácter es tener en cuenta las propias necesidades de América las cuales son distintas a las necesidades de Europa. Por otro lado, hay que tener en cuenta otros caracteres nacionales, la índole de la raza, su manera de concebir  y recibir las ideas. Y por último, sostiene que la filosofía que hay que fundar debe ser por virtud de nuestras peculiaridades y nuestras necesidades, aplicada a la solución de los problemas de la organización social y de la promoción de una vida civilizada en estos países.
  2. Vasconcelos afirma igual que Alberdi, que hasta ahora no ha habido filosofía en nuestra América. Piensa que ha llegado el momento de dedicarse a ella con capacidad y posibilidades de progreso, para lo cual hay que emplear las técnicas de los países europeos como productos útiles de viejas civilizaciones que han perdido su vena inventiva. Vasconcelos cree en la existencia de una dimensión universal del hispanoamericano, producto de su juventud y del mestizaje, que se traducirá en una filosofía de amplitud mundial.
  3. José Carlos Mariategui adopta una actitud más bien escéptica sobre la existencia y la posibilidad de una filosofía latinoamericna. Lo que hay en América Latina es una secuela del pensamiento europeo, no es un producto original.
  4. Alejandro Korn aborda específicamente el problema de la filosofía argentina. Korn considera que en Argentina existió una filosofía propia en la época que siguió a la caída de Rosas y que ya no la hay en el presente."Hemos sido colonia y no hemos dejado de serlo a pesar de la emancipación política." Korn propone que hay que orientar la filosofía hacia el tratamiento de los problemas de la realidad, hacia las necesidades vivas del desenvolvimiento nacional.
  5. Francisco Romero  considera  a la idea de progreso como fundamental para la filosofía hispanoamericana. La normalidad de hoy implica que nuestra filosofía ha progresado respecto a los esfuerzos y logros del pasado y que avanza con paso firme hacia mas cabales realizaciones. "La vocación filosófica de Iberoamérica es notoria, aunque sólo ahora empieza a tomar conciencia de sí".
  6. Risieri Frondizi echa de menos la originalidad, no la americanidad. Le parece que en los últimos años se ha cometido el error de acentuar este carácter y de creer que por la vía de la especificación nacional se van a obtener frutos originales. Considera que no hay que tener ningún propósito deliberado de hacer filosofía de índoles continental, sino pensar filosóficamente sin especificaciones. "Para que surja una filosofía iberoamericana hay que hacer filosofía sin más; el carácter iberoamericano vendrá por añadidura"
  7. Francisco Miró Quesada : " Lafilosofía latinoamericana, en lo que existe y en lo que exista de ella, está unida a la europea por lazos de consanguinidad en primer grado". Pero aún así considera que entre una filosofía y otra hay diferencias. Nuestra filosofía es una filosofía excéntrica que se constituye mirando a Occidente a diferencia de la europea la cual tiene hiperestesia histórica, o sea, un agudo sentido de su situación en la historia y es esencialmente prospectiva, reconoce su propia debilidad y se busca como pensamiento verdadero en un futuro.

Proceso

El proceso del pensamiento filosófico hispanoamericano comienza con la introducción de las corrientes predominantes en la España de la época de la conquista, dentro del marco del sistema político y eclesiástico oficial de educación y con la finalidad de formar a los súbditos del Nuevo Mundo de acuerdo a las ideas y los valores sancionados por el Estado y la Iglesia. Se traen a América y se propagan nuestros países aquellas doctrinas que armonizan con los propósitos de dominación política y espiritual que persiguen los órganos del poder temporal y espiritual de la península. De este modo, los hispanoamericanos aprenden como primer filosofía, un primero modo de pensar en plan teórico universal, un sistema de ideas que responde a las motivaciones de los hombres de ultramar.

ERNESTO "CHE" GUEVARA


La vertiente liberacionista

Mientras que las dos vertientes anteriores nacen al extremo norte del continente, en México, la filosofía de la liberación nace en el extremo sur, en Argentina. Fue allí donde hacia comienzos de la década del setenta empezó a surgir un movimiento filosófico que recogía las preocupaciones articuladas por otros sectores de la intelectualidad latinoamericana como la sociología de la dependencia y la teología de la liberación. Antecedente importante fue la publicación en 1968 del libro ¿Existe una filosofía de nuestra América? del peruano Augusto Salazar Bondy, en el que se plantea que la autenticidad de la filosofía latinoamericana vendrá como autoconciencia de la situación de alienación y dependencia en la que se halla sumido el continente.
Puede decirse que los acontecimientos fundacionales de la filosofía de la liberación son el II Congreso Nacional de filosofía realizado en la ciudad de Córdoba (1972) y la publicación, en el mismo año, del libro Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana. Allí aparecen las figuras iniciales del movimiento: Enrique Dussel, Mario Casalla, Carlos Cullen, Horacio Cerutti, Julio de Zan, Daniel Guillot, Juan Carlos Scannone y Oswaldo Ardiles. Filósofos todos de distintas provenencias y orientaciones, pero que coincidían en la necesidad de una filosofía comprometida con los procesos de emancipación política, social y cultural de América Latina.

La vertiente historicista

Esta segunda ramificación se origina también en México y es impulsada inicialmente por la influencia del filósofo español José Ortega y Gasset a través de su discípulo José Gaos, quien llega a México a finales de los años treinta como refugiado a causa de la guerra civil española. Adoptando las tesis historicistas de su maestro, Gaos delinea el proyecto de reconstruir la historia de las ideas como base para elaborar una Filosofía en lengua española, título de su importante libro publicado en 1945. Pero no hay duda de que la gran figura del historicismo latinoamericano es Leopoldo Zea, discípulo directo de Gaos, quien propone y desarrolla una reflexión sistemática sobre la historia de las ideas en el continente como presupuesto indispensable para la generación de un filosofar propio. Desde su tesis El positivismo en México (1943), pasando por América en la historia (1957), El pensamiento latinoamericano (1965) y Dialéctica de la conciencia americana(1976), hasta su original Filosofía de la historia americana (1978), Zea recorre un camino que le convierte en el gran impulsor del proyecto de la filosofía latinoameriana.

La vertiente ontológica


El nacimiento de la primera vertiente, también llamada “americanismo filosófico”, puede rastrearse hasta las primeras décadas del siglo XX en México, como fruto del ambiente nacionalista que había generado la revolución mexicana. La revolución de 1910, con su carácter nacionalista, antiimperialista y antioligárquico, promovió en México una reflexión sobre el “ser” del hombre mexicano y latinoamericano, que se tradujo en una serie de ensayos literarios con pretensiones filosóficas, como por ejemplo La raza cósmica. Misión de la raza Iberoamericana (1925) e Indología: una interpretación de la cultura iberoamericana (1926), ambos escritos por José Vasconcelos Calderón. Pero es en el libro de Samuel Ramos El perfil del hombre y la cultura en México (1934) donde puede apreciarse una primera configuración del proyecto de una filosofía sobre lo mexicano. También es importante la creación del Grupo Hiperión, conformado por filósofos como Emilio Uranga, Jorge Portilla, Luis Villoro y Joaquín Sánchez McGregor. De este grupo se destaca la obra de Uranga Análisis del ser mexicano (1952).

FILOSOFÍA LATINOAMERICANA

El proyecto de elaborar una filosofía propia, anclada en la idiosincrasia y en las realidades latinoamericanas, se desarrolló durante el siglo XX en tres vertientes diferentes: 1) la vertiente ontológica, también llamada "americanismo filosófico", que reflexiona sobre la identidad nacional o continental; 2) la vertiente historicista, que busca una comprensión filosófica de la historia de América Latina y la formulación de una historia de las ideas en el continente; 3) la vertiente liberacionista, más conocida como "filosofía de la liberación", que reflexiona sobre las condiciones para la emancipación política, económica y cultural de los pueblos latinoamericanos.

Latinoamérica- Calle 13

Soy, 
Soy lo que dejaron, 
soy toda la sobra de lo que se robaron. 
Un pueblo escondido en la cima, 
mi piel es de cuero por eso aguanta cualquier clima. 
Soy una fábrica de humo, 
mano de obra campesina para tu consumo 
Frente de frio en el medio del verano, 
el amor en los tiempos del cólera, mi hermano. 
El sol que nace y el día que muere, 
con los mejores atardeceres. 
Soy el desarrollo en carne viva, 
un discurso político sin saliva. 
Las caras más bonitas que he conocido, 
soy la fotografía de un desaparecido. 
Soy la sangre dentro de tus venas, 
soy un pedazo de tierra que vale la pena. 
soy una canasta con frijoles , 
soy Maradona contra Inglaterra anotándote dos goles. 
Soy lo que sostiene mi bandera, 
la espina dorsal del planeta es mi cordillera. 
Soy lo que me enseño mi padre, 
el que no quiere a su patria no quiere a su madre. 
Soy América latina, 
un pueblo sin piernas pero que camina. 

Tú no puedes comprar al viento. 
Tú no puedes comprar al sol. 
Tú no puedes comprar la lluvia. 
Tú no puedes comprar el calor. 
Tú no puedes comprar las nubes. 
Tú no puedes comprar los colores. 
Tú no puedes comprar mi alegría. 
Tú no puedes comprar mis dolores. 

Tengo los lagos, tengo los ríos. 
Tengo mis dientes pa` cuando me sonrío. 
La nieve que maquilla mis montañas. 
Tengo el sol que me seca y la lluvia que me baña. 
Un desierto embriagado con bellos de un trago de pulque. 
Para cantar con los coyotes, todo lo que necesito. 
Tengo mis pulmones respirando azul clarito. 
La altura que sofoca. 
Soy las muelas de mi boca mascando coca. 
El otoño con sus hojas desmalladas. 
Los versos escritos bajo la noche estrellada. 
Una viña repleta de uvas. 
Un cañaveral bajo el sol en cuba. 
Soy el mar Caribe que vigila las casitas, 
Haciendo rituales de agua bendita. 
El viento que peina mi cabello. 
Soy todos los santos que cuelgan de mi cuello. 
El jugo de mi lucha no es artificial, 
Porque el abono de mi tierra es natural. 

Tú no puedes comprar al viento. 
Tú no puedes comprar al sol. 
Tú no puedes comprar la lluvia. 
Tú no puedes comprar el calor. 
Tú no puedes comprar las nubes. 
Tú no puedes comprar los colores. 
Tú no puedes comprar mi alegría. 
Tú no puedes comprar mis dolores. 

Você não pode comprar o vento 
Você não pode comprar o sol 
Você não pode comprar chuva 
Você não pode comprar o calor 
Você não pode comprar as nuvens 
Você não pode comprar as cores 
Você não pode comprar minha felicidade 
Você não pode comprar minha tristeza 

Tú no puedes comprar al sol. 
Tú no puedes comprar la lluvia. 
(Vamos dibujando el camino, 
vamos caminando) 
No puedes comprar mi vida. 
MI TIERRA NO SE VENDE. 

Trabajo en bruto pero con orgullo, 
Aquí se comparte, lo mío es tuyo. 
Este pueblo no se ahoga con marullos, 
Y si se derrumba yo lo reconstruyo. 
Tampoco pestañeo cuando te miro, 
Para q te acuerdes de mi apellido. 
La operación cóndor invadiendo mi nido, 
¡Perdono pero nunca olvido! 

(Vamos caminando) 
Aquí se respira lucha. 
(Vamos caminando) 
Yo canto porque se escucha. 

Aquí estamos de pie 
¡Que viva Latinoamérica! 

Juan Bautista Alberdi

José Vasconcelos, filósofo latinoamericano

Leopoldo Zea, uno de los pensadores de la filosofía latinoamericana

En su idea de una Latinoamérica unida, defendió el pensamiento sobre el papel del hombre en la región, aclarando que el descubrimiento de 1492 no fue sino un encubrimiento en términos culturales y de saberes, producto del mestizaje ideológico para la configuración de la identidad latinoamericana, cosa que expuso en el V centenario, en 1992. Luego, estudió el análisis ontológico de Latinoamérica en los planos: cultural y geohistórico. Su filosofía marcó su concepto de una América Latina unida; y no en la utopía, sino en la realidad, en la lucha y renovación de un pueblo en demanda de dicho surgimiento, lo que le abrió la puerta a otros estudiosos del tema en el futuro.

¿Existe la filosofía latinoamericana?

Muchos cuestionan la existencia de una filosofía latinoamericana, pero justamente si la filosofía es el amor a la sabiduría y es el pensar de una manera global, Latinoamérica sí tiene una filosofía propia. Simplemente debe mejorar algunas cuestiones como el tema de conseguir que sea más autentica y original sin basarnos tanto en la filosofía europea. La filosofía latinoamericana necesita descubrir su verdadero Ser, sin dejar de lado su historia ni sus antepasados, porque sería como renegar de los propios padres, teniendo en cuenta especialmente su realidad cotidiana, su ambiente natural, la aceptación del potencial humano y sus condiciones y la elaboración de un proyecto participativo auténtico. Los latinoamericanos para tener una identidad propia tienen que hacerse las mismas preguntas que se tiene que hacer un adolescente cuando deja atrás la infancia: ¿quién soy, dónde estoy y hacia dónde voy?; porque el comportamiento del hombre latinoamericano expresa la ambivalencia de su propio pasado y la ambigüedad de su cultura. El mundo latinoamericano se caracteriza por las riquezas de sus tierras y por la pobreza del hombre. La abundancia que falsamente nos enorgullece, no exige ningún esfuerzo, se puede obtener el sustento casi sin estirar la mano y también muchos se pueden morir de hambre.