La vertiente liberacionista

Mientras que las dos vertientes anteriores nacen al extremo norte del continente, en México, la filosofía de la liberación nace en el extremo sur, en Argentina. Fue allí donde hacia comienzos de la década del setenta empezó a surgir un movimiento filosófico que recogía las preocupaciones articuladas por otros sectores de la intelectualidad latinoamericana como la sociología de la dependencia y la teología de la liberación. Antecedente importante fue la publicación en 1968 del libro ¿Existe una filosofía de nuestra América? del peruano Augusto Salazar Bondy, en el que se plantea que la autenticidad de la filosofía latinoamericana vendrá como autoconciencia de la situación de alienación y dependencia en la que se halla sumido el continente.
Puede decirse que los acontecimientos fundacionales de la filosofía de la liberación son el II Congreso Nacional de filosofía realizado en la ciudad de Córdoba (1972) y la publicación, en el mismo año, del libro Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana. Allí aparecen las figuras iniciales del movimiento: Enrique Dussel, Mario Casalla, Carlos Cullen, Horacio Cerutti, Julio de Zan, Daniel Guillot, Juan Carlos Scannone y Oswaldo Ardiles. Filósofos todos de distintas provenencias y orientaciones, pero que coincidían en la necesidad de una filosofía comprometida con los procesos de emancipación política, social y cultural de América Latina.